Mi sueño... Volar!

Mi sueño... Volar!
Sin secretos... Sin pudor...

12.12.10

Asesina de corazon..

Temía despertarlo por miedo a que me abandonase. Temblando de miedo le estrangulé. El se debatía, y cuando estuvo muerto volví a llevar su joven cuerpo a la cama conmigo y fue el principio del fin de la vida que yo había conocido.
Había empezado a recorrer la avenida de la muerte y a poseer un nuevo tipo de compañero de piso.

"Nadie debe verme llorar por las víctimas, eso forma parte de mi dolor personal".


Ahora me siento culpable, merecedora de castigo. Estoy convencido de que merezco toda la pena a la que un tribunal pueda condenarme. Es un alivio que me hayan detenido, porque si lo hubiesen hecho a los sesenta y cinco años, podría tener a mis espaldas cientos de cadáveres.

En ninguno de los casos estoy consciente de sentir odio hacia ninguna de las víctimas... recuerdo que salía en busca de compañía y amistad, pero nunca pensaba en la muerte, el asesinato o hechos pasados. Vivía únicamente para aquel momento y para el futuro. Invité algunas personas a casa y otras se invitaron solas, aunque el sexo siempre estaba en un segundo orden.

Sólo deseaba una relación cálida, buscaba alguien con quién poder hablar, aunque es una sensación muy agradable y relajante tener a alguien en la cama a tu lado durante toda la noche. Después de matarlos, experimentaba un sentimiento doloroso de desesperación y una sensación de vacío. Aunque sabía que el cuerpo estaba muerto, pensaba que la personalidad estaba todavía dentro de él, consciente y atenta a mis palabras. Trataba de conseguir desesperadamente una relación que nunca estuvo a mi alcance.

La ultima vez le puse al joven los calzoncillos, la camiseta y los calcetines y volví a taparlo. Me bañé, me metí en la cama con él, lo acurruqué contra mí abrazándolo y empecé a explorar su cuerpo por debajo de las sábanas; entonces me di cuenta de que su cuerpo estaba frío y mi exitacion desapareció automáticamente, al día siguiente lo coloqué en el suelo de la cocina y decidí descuartizarlo, pero me resultaba imposible hacer nada que pudiera estropear aquel cuerpo maravilloso.

"Aquí, en el umbral de la abundancia, nada hay ahora. Sólo tú en mis brazos, más unas figuras sombrías que se acercan con algunas formalidades para hacerte entrar en su "sistema", y yo. Pienso en tu vida solitaria. Pronto será mañana y se meterán en nuestros asuntos La intimidad no tiene fronteras que no puedan ser franqueadas en nombre de la ley".

Puede ser que cuando mataba a aquellos hombres me matase a mí misma, pues me quedaba de pie muy apenada  y sumida en una profunda tristeza, como si acabase de morir un ser muy querido.

( A la memoria de Dennis Andrew Nilsen)

5.12.10

Aun no se porque no lo hice...


-Buenas Tardes- dije mientras subía a la camioneta y tomaba asiento. Había ya algunos pasajeros, algunas mujeres con sus hijos y un señor de aspecto muy profesional, tal vez un maestro.

Me sentía cansada, había sido un largo día, muchas tareas  escolares y el trabajo me habían dejado agotada. Eran alrededor de las 18:00 horas.

Miraba por la ventanilla de enfrente, pues me encontraba en el asiento de un costado de la camioneta, y frente a mí las ventanillas y otro asiento largo vacio.

Miraba los autos pasar y la gente al otro lado de la calle. Se detuvo la camioneta por primera vez, yo no le di mayor importancia, solo creí que sería un pasajero mas.

-Buenas tardes- Dijo un muchacho con voz apenas lo suficientemente alta para escucharse, muy tenue, pero clara; vestía un pantalón azul de mezclilla, una sudadera Hollister blanca y unos tenis bastante sencillos y blancos. Llevaba una mochila, evidentemente un estudiante de aproximadamente 16 o 17años, de altura mediana entre 1.60 y 1.80m, tez morena, ojos cafés, cabello negro que era cubierto casi en su totalidad por la capucha de su sudadera. Se sentó justo al lado de mí.

La camioneta avanzó dejando entrar una ráfaga de aire por una de las ventanillas que estaba abierta y pude percibir un olor a alcohol, un aroma proveniente de una persona ebria.

Olfateé discretamente volteando la cara para saber de dónde provenía ese aroma, o de quien.

Subieron un par de personas más a la camioneta y yo seguía buscando la fuente de aquel olor. Gire la cabeza al lado izquierdo donde se encontraba sentado aquel muchacho, y entonces me di cuenta que él era quien olía al alcohol.

Lo primero que pensé fue que tal vez había salido de una reunión con sus amigos, estuvo bebiendo y por eso olía de esa manera. No era desagradable, ni tampoco muy fuerte, simplemente olía a alcohol.

No le di mayor importancia y mi mente divago por un momento, pues tenía algunos trabajos pendientes que me estresaban, entonces subió una muchacha; lo que me hizo recorrerme muy cerca del muchacho para hacer espacio para que la nueva pasajera tomara asiento, al recorrerme note que él tenía su rostro recargado sobre su mano izquierda y la otra sobre su mochila, tenía los ojos cerrados, estaba durmiendo o eso parecía.

Lo mire e inconscientemente tome la misma posición que él, recargue mi codo sobre la bolsa y la carpeta que llevaba y sostuve mi barbilla con la mano izquierda y la otra mano sobre mis cosas. Lo miraba con detenimiento. Aun podía percibir el olor a alcohol que provenía de su respiración. Sus ojos estaba cerrados, la posición de su mano en su rostro le formaba los labios en una clase de puchero, se veía indefenso y cansado. Claro, después de varios tragos que de seguro tomo, yo también me sentiría así.

Con el movimiento de la camioneta, el chico se balanceaba de derecha a izquierda, según aceleraba o frenaba. Su hombro chocaba con el mío y nuestras piernas también, todo mi costado izquierdo estaba en contacto con todo su costado derecho, le brindaba algo de apoyo aunque el continuara balanceándose, y yo seguía mirando su rostro, en una que otra ocasión volteaba a ver a los demás pasajeros, y pude notar que algunos se habían dado cuenta del probable estado en el que el chico se encontraba, lo fulminaban con la mirada, algunas pasajeras lo ignoraban y volteaban hacia otro lado, la chica de mi lado derecho ni siquiera lo había notado y yo volvía a mirarlo.

Pensaba que tal vez yo podría ayudarlo, podría preguntarle si estaba bien, si necesitaba más apoyo por si llegaba a caerse, o donde bajaría y así yo avisarle si se quedaba dormido. Lo pensaba tanto y lo miraba, veía su rostro y pensaba en tocarlo un poco en el brazo para que respondiera, pero no me decidía a hacerlo.

La camioneta seguía su curso y yo continuaba pensando lo mismo, que tal vez si necesitaba ayuda, yo, principalmente por estar a su lado. El continuaba balanceándose, se inclino tanto a su derecha que casi coloco su cabeza sobre mi hombro en más de una ocasión, por un momento deseé que tocara mi hombro y se quedara recargado en mí y yo con la mano izquierda sostener su rostro contra mi hombro para que no se siguiera balanceando.

Cuando casi lo hizo, despertó, abrió los ojos y note que estaban un poco colorados e hinchados, voltee hacia otro lado para que no notara que lo miraba tanto, cruzo los brazos esta vez sobre su mochila, agacho la cabeza y volvió a cerrar los ojos.

Me di cuenta de que había desaprovechado una oportunidad de poder hablarle y decirle lo que llevaba algunos minutos pensando y ayudarlo, pero no lo hice, y me lo reproché con el pensamiento.

Como era posible que yo misma sintiendo la necesidad de cuidarle y tal vez el también y estando yo a su lado no lo hice.

Pensé en hacerlo de nuevo, esta vez me sentía un poco más convencida de hacerlo. Veía  y sentía como se balanceaba de izquierda a derecha aunque ya sin acercarse a mí, tuve las ganas de pasar mi brazo por encima de sus hombros y sostenerlo contra mí, mire un par de veces sus hombros como para comprobar que había lugar suficiente para pasar mi brazo pero nuevamente no lo hice.

Me sentía molesta conmigo, no comprendía; Sentía en el interior la necesidad de protegerlo, se veía tan inocente con los ojos cerrados y la cara agachada y sentía como el también necesitaba quien alguien cuidara de él.

Volví a pensar una y otra vez en hablarle y preguntar que si podía ayudarlo, me confunde todavía, no sé si lo que sentía era miedo a que me rechazara o pena porque de cierta forma me hacía sentir avergonzada y por otro lado nerviosismo de estar indecisa en hablarle o no, y cierta emoción también porque sabía que podría hacerlo solo era cuestión de decidirlo y hacerlo de una vez por todas, el tiempo se estaba terminando y mi destino cada vez estaba más cerca.

Por mi cabeza pasaban muchas versiones de lo que podría pasar si le hablaba, cada una era interrumpida por una nueva hasta que volvía a mi dilema que parecía no terminar. Me dije varias veces –Ahora o nunca- . Lo mire nuevamente y lo vi que dormitaba, sus ojos se cerraban y abrían simultáneamente hasta que los cerro por completo y volví a pensar  “Ahora o nunca”.

Volteé a ver mi mano derecha con la intención de tocarle el brazo como si con mirar mi mano esta se movería hasta el pero no lo hacía, no tenía el valor de tocarle siquiera por accidente.

Pude haber cambiado su vida, claro, en el sentido en que tal vez yo habría sido la única en  ayudarlo de esa manera, supe que yo sería la única en posibilidades de ayudarlo y no lo hice.

Sentí un vacio en mi pecho acompañada de una gran angustia y preocupación, Estaba más que molesta conmigo, no podía creer que no podía hacer nada por él, me sentía frustrada y decepcionada.

Él despertó casi por completo.
-¿Le pasa por favor?, En la caseta-  le dijo al pasajero que estaba sentado atrás del asiento del chofer y éste le dio el dinero del pasaje al chofer.

Mire nuevamente al chico, vaya que se notaba cansado, por un momento creí que no era el alcohol el que lo tenia así, sino en realidad un cansancio provocado por trabajo.

La camioneta llego a la caseta, el muchacho se levanto y camino hacia la pequeña puerta de la colectiva – Gracias- dijo mientras bajaba. Se cerró la puerta y la camioneta avanzo. Yo gire completamente mi cuerpo para verlo por la ventanilla, caminaba y entonces por fin lo vi normal.

Mientras tanto sentía pena por mí, me reprochaba por dentro el porqué inexplicable de no haberle ayudado ¡Yo era la única que pudo haberlo hecho! No comprendía que había sido lo que me detuvo, estaba decepcionada de mi, ni siquiera su nombre sé y obviamente el tampoco me recordara.

Él por alguna razón ha dejado una huella en mí como alguien a quien no fui capaz de ayudar y que tal vez jamás volveré a verlo. El solo quería a alguien que lo protegiera y yo lo note, lo sentí, estuve a punto de hacerlo pero inexplicablemente algo me detuvo.

Me siento mal, pienso que si yo me encontrara en una situación parecida me gustaría que alguien se preocupara por mí. Él nunca sabrá que yo sin conocerlo me interese por él y quise protegerlo.

Si me sucede otra vez, no lo dejare pasar.  ¡NO otra vez!

2.11.10

Es ella...?

-¿Que ves?-

-Una niña, una niña pequeña.-

-¿Como es?-

-Pequeña, claro. Imagino que no mas de 6 años. Cabello negro y muy lacio; ojos oscuros y cejas gruesas y definidas. De tez canela y dorada; nariz respingada y labios pequeños.
Aunque tiene algo, no se, un gesto extraño.-

-Dime, ¿que ves en ella?-

-No lo se, tal vez su mirada; la tiene como si estuviera enojada o tal vez cansada, quizá confundida o triste.-

-¿Porque?-

-Tampoco lo se. Probablemente solo quiere que la escuchen, que jueguen con ella, a pesar de estar rodeada de mas niños y niñas nadie le hace caso, esta ahí sola sentada en ese escalón solo con una muñeca en sus manos pero no parece divertirse.-

-¿Has visto antes a esa pequeña?-

-Pues, a decir verdad me parece un poco familiar, como si la hubiese visto antes en algún otro lugar. De hecho ahora que lo mencionas se que la conosco aunque no puedo recordarla con exactitud.-

-Observala, mirala con atención. Trata de recordar.-

-¡Lo se! La conosco, su mirada me parece muy familiar. Se que la he visto antes pero ¡carajo! no logro recordar de donde. Tal vez si me acercar a ella podría corroborar de donde es que la conosco.-

-Olvidalo, eso seria imposible.-

-¿Porque lo dices?-

-Bueno, intenlato si quieres pero no podrá verte.-

-¿Como que no podrá verme, de que hablas?-

-Es que acaso no te das cuenta, observala bien. ¿En verdad no recuerdas quien es esa pequeña solitaria y de mirada triste? Sin amigos con quienes jugar. ¡has un esfuerzo! Ella si te recuerda, podría apostar que esta pensando en ti ahora mismo y que te extraña enormemente.-

-NO comprendo.-

-Tu has dejado sola a aquella niña, no podrá tener apoyo de ti nunca mas.-

-¿A que te refieres?¿Como que me extraña y no podre ayudarle?-

-Esa niña ha perdido a su madre para siempre, y es mejor que ahora la mires detenidamente, memorizala bien, recuerda su nombre antes de que tengamos que dejar este lugar.-

-¿Su madre? ¿Acaso ella es...? ¿o es que yo soy...?-

-Así es. Lo lamento.-

-Mi Helen, mi pequeña Helen...

6.10.10

Bestias...?

-¿Qué ocurre conmigo? Sé que a veces suelo estar distante, divagante y ausente, pero hoy, ¿justo hoy tenía que pasarme esto? ¡Siento como si no pudiese moverme!¡ Como si tuviera los pies atados!
Hay pánico en las calle, aun o me explico de donde vinieron esos disparos, porque lo fueron, ¿no? Claramente los escuche, ¡Y no muy lejos de aquí!

¿Paranoica yo? ¡Ja! No quiero parecer sarcástica pero con esas bestias en la calle asesinando gente enfrente de mí que casi me tienen sin cuidado es fácil solo parecer paranoica.

¿Qué son? ¿De dónde salieron? Pero, ¡Espera, no están haciéndome daño! ¡Porque no me atacan a mi? ¡Caramba!

¡Más confuso todavía, a donde quiera que mire hay de esas cosas! Algunos parecen perros, otros parecen gatos, no puedo explicar de qué se trata. Hace apenas un momento todo estaba en orden y ahora todo es un caos.

¿Hay alguien q aun sea capaz de contestarme? ¡Estúpida! ¿Cómo pretendo que me contesten? ¡Se devoran entre sí! Claro no, llegare con el próximo monstruo, lo interrumpiré de asesinar a alguien o algo, y le diré: “Disculpe, ¿Usted podría explicarme porque sus amigos bestia devoran gente?” ¡Es una locura!

¡Diablos! Ese ya me vio y viene hacia mí. ¿Corro, grito, lo golpeo? ¿Por qué carajo tiene el azor que yo…? ¿Porque no tengo mi razor? Y se acerca cada vez más. ¿Qué ocurre?

Solo olfatea, bueno en realidad no son tan grandes como aparentaban, y este parece ser de los que son perros, me agradan los perros.

¿Qué chingados? ¡Puedo estar a punto de morir, y solo veo eso que tengo enfrente! Aunque tiene lindo pelaje, no comprendo porque tiene mi razor en el cuello y solo olfatea mis pies…- Y fue en ese momento, en el que mire hacia abajo para ver mis pies, note que no era precisamente yo a quien olfateaba aquel animal, ¡Si no mi cadáver!

Yo misma de pie sobre mi cadáver, y aquella bestia que tenía mi razor ¡era yo también! Alguien me había asesinado con un arma de fuego y después algo de mí se había convertido en una bestia.

Era yo misma temiéndole a mi “yo en bestia” y mirando a mi “yo en cadáver” desde mi “yo en ente”.

¿Logico?

Dígame por favor, Doc. Que ¡no estoy loca! Y que solo fue un sueño…

4.9.10

Hey tu! Gigante!

Te amo… aún en el silencio

de tus labios.

Te amo… sin mediar palabra,

Sintiendo en tu mirada

las más bellas palabras.

Te amo, sin contar el tiempo

adorando cada gesto, cada palabra

Te amo en el pasar del tiempo

en la ausencia y la presencia

Te amo, en cada amanecer y atardecer

Te amo, porque en cada una

de tus miradas llevas escrito…

“Amor… Te Amo”




Te amo! Gigante de mi diminuto corazon!

8.8.10

Gustas...?

Demonios, las 8pm otra vez.

Es hora de irme, y tengo que esconder tu sabor para que nadie pueda notarlo; ¿Un caramelo? No.

¿Tal vez algo de colonia? Tampoco. El viento solo no basta para borrarte de mí.

Quisiera detener el tiempo, tan sencillo seria quitarle las baterías a un reloj para que no caminara para estar cuanto tiempo desee en tu compañía, pero no es suficiente.

Ayer estuvimos juntos, cuatro veces, en la escuela, la calle, mi casa, el parque y aun así no siento saciedad de ti. Te has convertido en un vicio, literalmente.

Pagaría lo que fuera por tenerte entre mis manos, inhalar tu aroma y que intoxiques mi cuerpo, como todos los días. Que con cada suspiro entres en mí y jamás salgas.

Me desespera estar sin ti, eres ahora una necesidad.

¿Cómo desear que fueses solo mío? ¡De nadie más! Solo mío, tú y yo, y el tiempo en pausa. Sé que me haces daño, que podrías matarme si quisieras, pero es un precio que pagare solo por probar tu sabor una vez más; ¡Que jamás te acabaras!

Tenerte a cada instante envolviéndome en tus brazos que se deshacen poco a poco mientras suben por mi cuerpo y se desvanecen en el aire.

Me enloquece tu respiración acariciando mis dedos e impregnando tu aroma en ellos y cada que me hagas falta tener ese magnífico olor en mis manos, la yema de mis dedos.

Tu imagen es tan atractiva que no puedo evitar desearte cuando te veo en manos de alguien más o solo pensar en ti. La emoción de tenerte conmigo hace q mi corazón lata más fuerte que en otras ocasiones. Al sentirte acariciando mis labios me provocas un frenesí casi imposible de detener.

La delicia de fumar un cigarrillo.




19.7.10

Ich liebe dich...


Ich finde eine Menge schwierig, jemanden zu lieben, und mit Ihnen war es anders, ich empfand es so schnell, dass er/sie es nicht glaubte, gebe ich oft für den Verstand aus, dass es von dem ersten Mal als Ausgabe enden konnte, dass Sie mich suchten, und selbst dann war es nicht total sicher, dass das als Ereignis endet, und es nimmt es an.

Ich glaubte für einen Moment diesem ernsten einzelnen Fahrgast, als wir vom Anfang an vereinbart hatten, aber nach und nach er/sie Gedanke es, aber und er/sie wollte es nicht annehmen.

Ich Weise, die nicht möglich sein konnte, in Liebe so schnell zu werden und er/sie, ging bis zu zu dem ersten Mal, dass Sie mir sagten, dass Sie mich liebten, als ich in der Tat erkannte, dass es es empfand, empfand es es auch!

Ich gab, ihm/ihr drehe mich wieder mehrere Male, und alles nahm mich zu Ihnen.

Ich finde schwierig, das von einem Tag für ein anderes aufzunehmen, mochte mich, zum Folgenden liebte ich Sie, zum Folgenden liebt er/sie Sie.


Glauben Sie mir, wenn ich Ihnen sage, dass ich Sie liebe.


Er/sie vertraut mein.



Ich liebe dich....

1.7.10

Fuera de mi...


Anoche dormí desnuda y por primera vez sentí frió.

No sé porque habrá sido, solo sé que no deje de pensar en ti mientras conciliaba el sueño.

¿Dónde estará? ¿Cómo estará? Era lo que más sonaba en mi cabeza después de esas últimas palabras, aun las recuerdo salir de tus labios: No te preocupes por mí.

Pero, ¿cómo no hacerlo? Quisiera saber solo una razón para entender porque no debo preocuparme por ti.

Me gustaría saber qué piensas, que sientes, ¿Por qué no quieres que este contigo? O acaso te gusta que no piense en nadie más que no seas tú.

Amanecí con los ojos hinchados por haber pensado en mil y una posibilidades de qué estarías haciendo; mi mente divago peor que en otras ocasiones y no pude evitar caer en llanto.

¿Porque no se nada de ti?

Estuve toda la noche preocupada por ti, despertando a cada momento y volviendo a imaginar donde podrías estar, o con quien.

Muero de celos sabiendo que alguien más podría mirarte y no ser yo. No ser yo quien te toque, quien te abrace, quien te diga que te ama.

Todo ha pasado tan rápido; y es que te amo tanto, con una intensidad que no puedo explicarme cómo es que cabe en mi pecho.

No comprendo cómo es que sin ti no vivo, no comprendo cómo es que ahora formas parte de mí.

Aun siento como es el respirar tu aroma, tu aliento cuando me besas, imagino sentirme en tus brazos, dormir y despertar con un beso. Te amo, y no puedo evitar sentir tantas cosas en un instante y al siguiente sentir algo totalmente diferente.

Lo he decidido y no quiero estar sin ti. Deseo intensamente estar contigo a cada momento, no sé si tú quieras, pero es lo que más deseo.

Es posible que jamás escuches o leas estas palabras, pero no importa, porque lo he decidido: ¡Estaré contigo!

…y muero por saber cual sería tu respuesta…

22.6.10

Para ella... De él...


Mira que elaboro las ideas
oprimo mis neuronas pero le parecen feas
dicerto de versos de alberti o de Pablo
la muy condenada no entiende lo que hablo
y yo soy presa del machismo ancestral
maldigo 10 veces a quien la pario
encrepo al sistema educaional
se se sera que la idiotes tambien la manda dios
a veces de forma promorcional
a cuanta curva guarde la armazon

Mira que teoriso sobre el gusto
mi boca enciclopedica mis ojos a su busto
recuerdo a mi abuela y su sabia retreta
hay cosas que halan mas que cuatro carretas

Yo la veo como parte hacia el monton
me pierdo en el espacio sideral
me asalta por la espalda una razon
se se sera la historia siempre gira en espiral
si tiembla cual tambor del cimarron
si suenas cual volin del mayoral

Son tus nalgas dos joyas del baile
lirica del tacto poemas escritos por
natura
en braile desbordan espacios , paralizan tiempos
todo un evento

Nalgas como el Kilimanyaro
el frio en la distancia que aleja
un infinito de dulzura de mis manos
desbordan espacios , paralizan tiempos
Todo un evento

Todo un evento

Ella pasa y todos se hacen los simpaticos
desde los mas vulgares hasta exelsos catedraticos
se va contoneando sabiendoce encima
de un par de corazas para su autoestima

Y yo bien firme como pose militar
le rindo honores a su criolles
me enorgullesco de la dignidad
se se sera que lo bello pasa por la apresiacion
disfrute su momento de esbeltes
y pongale cabeza al interior..

19.6.10

Ojos cerrados....


Quiero cerrar los ojos.

Quiero cerrar los ojos e imaginar que nada ha pasado, me encantaría poder mirarte sin sentir deseos de besarte.

No entiendo cómo es que en tan pocos días siento esto tan grande por ti. ¡Soy un lio!

No puedo siquiera articular una sencilla oración para decirte cuanto significas para mí.

¿Como dejarte en segundo plano? Si para mi eres ya tan importante.

¡Debo decirlo de una vez por todas! ¡Te Amo! y me confunde.

Alguna vez te dije que podría estar enamorada de alguien y no aceptarlo y es lo que me ocurre contigo. Tú me ayudaste a darme cuenta y aun así me has dejado ir.

Me has dejado ir a sabiendas de que por mi cuenta no podre marcharme, no después de lo que pasamos.

Me quedare aquí recordando y añorando tus besos, tus caricias, tus palabras, tus miradas.

Te amo!

Y es nuestro secreto, por ahora y cuanto tiempo dure.

Me has dejado ir con la seguridad de que siempre estaré aquí...

Tan cerca... y Tan lejos.....

5.6.10

Una Reputacion...


La cortesia no es mi fuerte. En los autobuses suelo disimular esta carencia con la lectura o el abatimiento. Pero hoy me levante de mi asiento automaticamente, ante una mujer que estaba de pie, con un vago aspecto de angel anunciador.
La dama benecifiada por ese rasgo involuntario lo agradecio con palabras tan efusivas, que atrajeron la atencion de dos o tres pasajeros. Poco despues se desocupo el asiento inmediato, y al ofrecermelo con leve y significativo ademan, el angel tuvo un hermoso gesto de alivio. Me sente alli con la esperanza de que viajaramos sin desazon alguna.
Pero ese dia me estaba destinado, misteriosamente. Subio al autobus otra mujer, sin alas aparentes. Una buena ocacion se prestaba para poner las cosas en su sitio; pero no fue aprovechada por mi. Naturalmente, yo podiapermanecer sentado, destruyendo asi el germen de una falsa reputacion. Sin emargo, debil y sintiendome ya comprometido con mi compañera, me apresure a levantarme, ofreciendo con reverencia el asiento a la recien llegada. Tal parece que nadie le habia hecho en toda su vida un homenaje parecido: llevo las cosas al extremo con sus turbadas palabras de reconocimiento.
Esta vez no fueron ya ni dos ni tres personas que aprobaron sonrientes mi cortesia. Por lo menos la mitad del pasaje pusos los ojos en mi, como diciendo: “He aquí un caballero”. Tuve la idea de abandonar el vehiculo, pero la desheche inmediatamente, sometiendome con honradez a la situacion, alimentando la esperanza de que las cosas se detuvieran alli.
Dos calles adelante bajo un pasajero. Desde el otro extremo del autobus, una señora me designo para ocupar el asiento vacio. Lo hizo con una mirada, pero tan imperiosa, porque detuvo el ademan de un individuo que se adelantaba; y tan suave, que yo atravese el camino con paso vacilante para ocupar aquel asiento un sitio de honor.
Algunos viajeron masculinos que iban de pie sonrieron con desprecio. Yo adivine su envidia, sus celos, su resentimiento, y me senti un poco angustiado. Las señoras, en cambio, parecian protegerme con su efusiva aprobacion silenciosa.
Una nueva prueba, mucho mas importante que las anteriores, me aguardaba en la esquina siguiente: subio al camion una señora con dos niños pequeños. Un angelito en brazos y otro que apenas caminaba. Obedeciando la orden unanime me levantey fui al encuentro de aquel grupo conmovedor. La señora venia complicada con dos o tres paquetes; tuvo que correr media cuandra por lo menos, y no lograba abrir su gran bolso de mano. La ayude eficazmente en todo lo posible; la desembarace de nenes y envoltorios, gestione con el chofer la exencion de pago por los niños, y la señora quedo instalada finalmente en mi asiento, que la custodia femenina habiaconservado libre de intrusos. Guarde la manita del niño mayor entre las mias.
Mis compromisos para con el pasaje habian aumentado de manera decisiva. Todos esperaban de mi cualquier cosa. Yo personificaba en aquellos momentos los ideales femeninos de la caballerosidad y de proteccion a los debiles. La responsabilidad oprimia mi cuerpo cono una coraza agobiante, yo hechaba de menos una buena tizona en el costado. Porque no dejaban de ocurrirseme cosas graves. Por ejemplo, si un pasajero se propasaba con alguna dama, cosa nada rara en los autobuses, yo debia amonestar al agresor y aun entrar en combate con el. En todo caso, las señoras parecian completamente seguras de mi s reacciones de Bayardo. Me senti al borde del drama.
En esto llegamos a la esquina en que debia bajarme. Divise mi casa como una tierra prmetida. Pero no descendi incapaz de moverme, la arrancada del autobus me dio una idea de lo que debe ser una aventura trasatlantica. Pude recobrarme rapidamente; yo no podia desertar asi como asi, defraudando a las que en mi habian depositado su seguridad, confiandome un puesto de mando. Ademas, debo confesar que me senti cohibido ante la idea de que en mi desenso pusiera en libertad impulsos hasta entonces contenidos. Si por un lado yo tenia asegurada la mayoria femenina, no estaba muy tranquilo acerca de mi reputacion entre los hombres. Al bajarme, bien podria estallar a mis espaldas la ovacion o la rechifla. Y no quise correr tal riesgo. ¿Y si aprovechando mi ausensia un resentido daba rienda suelta a su bajeza? Decidi quedarme y bajar al ultimo, en la terminal, para que todos estuvieran a salvo.
Las señoras fueron bajando de una en una en sus esquinas respectivas, con toda felicidad. El chofer ¡santo Dios! Acercaba el vehiculo junto a la acera, lo dentenia completamente y esperaba a que las damas pusieran sus dos pies en tierra firme. En el ultimo momento, vi en cada rostro un gesto de simpatia, algo asi como el esbozo de una despedida cariñosa. La señora de los niños bajo finalmente, auxiliada por mi, no sin regalarme un par de besos infantiles que todavia gravitan en mi corazon, como un remordimiento.
Descendi en una esquina desolada, casi montaraz, sin pompa ni ceremonia. En mi espiritu habia grandes reservas de heroismo sin empleo, mientras el autobus se alejaba vacio de aquella asamblea dispersa y fortuita que consagro mi reputacion de caballero. (J.J.A)

30.5.10

Dilema...??


- Contare hasta cinco, después de eso no volveré a hacer esto, no volveré a abrazarte, ni pedirte que me beses.-

Un sentimiento extraño me invadió, no estoy segura de que sentimiento en especifico, pero era un dilema entre hacerlo y no.

Sus brazos me envolvían y sus manos subían por mi espalda hasta mi cuello, me tenía contra su cuerpo y su cara justo frente a la mía. Yo sabía que si él seguía insistiendo de esa manera si lograría que lo besara. Tenía muchas ganas de besarlo, sus labios pe parecían irresistibles.

- Uno... – Comenzó a contar, me miraba directamente a los ojos, yo agache la cabeza y me incline hacia atrás para retirar ligeramente mi rostro del de él. -Dos... – Continuaba.

Yo por dentro pensaba que podría besarlo, pero sabía que me invadiría la culpa, no sabía si podría estar bien sabiendo que mi novio se encontraba n otro sitio y yo aquí, con él, tan cerca a punto de besarnos.

- Tres…- Cada vez sentía más intenso el deseo de besarlo y sentir el calos de sus labios contra los míos, no dudo que fuesen deliciosos. Sentía que ya no podía más. Quería besarlo pero no sabía si sería lo correcto.

- Cuatro…- Ya no podía, definitivamente pensé en hacerlo. Me preguntaba si era verdad lo que dijo antes, que no volvería a hacerlo más, me preguntaba si después de esos “cinco” no mostraría más interés en mí. – Por favor Antony. No me hagas esto.- Le tome el rostro y lo mire a los ojos. – En verdad. No mee hagas esto- Le repetí.

- ¡Cuatro!...- esta vez lo dijo con énfasis, pronunciando con su voz que sería mi última oportunidad de poder besarlo.

¡Rayos! en verdad lo deseaba, lo deseaba como a nada en ese momento. Miles de cosas pasaban por mi cabeza, pensé el lo que sucedería si seguía o desistía.- Eres fuerte- decía en mi mente- en realidad besaba desearlo, pero no podía doblegarme por un deseo, o tal vez si, aunque hasta ahora aun lo deseo.- hazlo, hazlo- Me decía también por dentro, no quería quedarme con las ganas de bésalo. Eran más mis ideas de aprobación ante la situación de besarlo.

Sentí un nudo en la garganta, tenía un impulso masivo para hacerlo que me detenía al mismo tiempo, ahora tenía tan solo un instante para decidirlo, no podía pensar en otra cosa que en un sí o un no.

- Y cinco…- La piel se me rizo. Todo había terminado. Estuvo por un instante aun estrechándome con sus largos Brazos y sus grandes manos, y yo aun miraba hacia abajo.

Comenzó a soltarme poco a poco, sus manos recorrieron mi espalda y se detuvieron en mi cintura para después retirarlas por completo. Cuando ya no sentí mas sus manos y levante la cara para verlo, supe que había perdido la mejor de todas las oportunidades con él, si no es que la única.

Me arrepentí, me arrepentí rotundamente de no haber aprovechado la ocasión y que estábamos tan cerca.

- Ya me están llamando.- Le dije cuando sentí vibrar mi celular en mi bolsillo, lo mire y efectivamente me llamaban de mi casa, ignore la llamada. – ¿Nos vemos mañana?- le pregunte esperando que su respuesta fuera afirmativa.

- - Ok, no t preocupes- me contesto con desanimo, un desanimo que sentí muy dentro de mí como su fuese un desanimo propio.

Yo deseaba besarlo, pero una relación me lo impedía. El tenía toda la libertad de hacerlo y mostraba en sus ojos el deseo de besarme, yo sentí un nudo en la garganta.

Me incline de nuevo hacia él y le di un beso n la mejilla para despedirme, no me respondió, pero ya no tenía más tiempo y debía irme rápido.- Cuídate.- le dije. Me di media vuelta y corrí hacia mi casa, no escuche más palabra de él.

Entre a la casa y me recargue en la puerta al cerrarla, supe que tal vez lo había perdido. Me lo reproche por un largo rato, sabía que de cierta forma no era lo más correcto besarlo aunque yo lo deseaba intensamente pero ya no estaba tan segura de que él volviera a pedírmelo.

Lo habré perdido...??