-¿Que ves?-
-Una niña, una niña pequeña.-
-¿Como es?-
-Pequeña, claro. Imagino que no mas de 6 años. Cabello negro y muy lacio; ojos oscuros y cejas gruesas y definidas. De tez canela y dorada; nariz respingada y labios pequeños.
Aunque tiene algo, no se, un gesto extraño.-
-Dime, ¿que ves en ella?-
-No lo se, tal vez su mirada; la tiene como si estuviera enojada o tal vez cansada, quizá confundida o triste.-
-¿Porque?-
-Tampoco lo se. Probablemente solo quiere que la escuchen, que jueguen con ella, a pesar de estar rodeada de mas niños y niñas nadie le hace caso, esta ahí sola sentada en ese escalón solo con una muñeca en sus manos pero no parece divertirse.-
-¿Has visto antes a esa pequeña?-
-Pues, a decir verdad me parece un poco familiar, como si la hubiese visto antes en algún otro lugar. De hecho ahora que lo mencionas se que la conosco aunque no puedo recordarla con exactitud.-
-Observala, mirala con atención. Trata de recordar.-
-¡Lo se! La conosco, su mirada me parece muy familiar. Se que la he visto antes pero ¡carajo! no logro recordar de donde. Tal vez si me acercar a ella podría corroborar de donde es que la conosco.-
-Olvidalo, eso seria imposible.-
-¿Porque lo dices?-
-Bueno, intenlato si quieres pero no podrá verte.-
-¿Como que no podrá verme, de que hablas?-
-Es que acaso no te das cuenta, observala bien. ¿En verdad no recuerdas quien es esa pequeña solitaria y de mirada triste? Sin amigos con quienes jugar. ¡has un esfuerzo! Ella si te recuerda, podría apostar que esta pensando en ti ahora mismo y que te extraña enormemente.-
-NO comprendo.-
-Tu has dejado sola a aquella niña, no podrá tener apoyo de ti nunca mas.-
-¿A que te refieres?¿Como que me extraña y no podre ayudarle?-
-Esa niña ha perdido a su madre para siempre, y es mejor que ahora la mires detenidamente, memorizala bien, recuerda su nombre antes de que tengamos que dejar este lugar.-
-¿Su madre? ¿Acaso ella es...? ¿o es que yo soy...?-
-Así es. Lo lamento.-
-Mi Helen, mi pequeña Helen...